CREENCIAS BÁSICAS SOBRE LOS OTROS, EL YO Y EL MUNDO, EN EMERGENCIA SANITARIA POR COVID-19
BASIC BELIEFS ABOUT OTHERS, THE SELF AND THE WORLD, IN HEALTH EMERGENCY BY COVID-19
Cecilia del Carmen Marcillo
Universidad Central del Ecuador. Bolivia s/n y Eustorgio Salgado, Quito - Ecuador.
Email: cemarcillo@yahoo.com
http://doi.org/10.33789/enlace.20.2.95
Resumen: El presente estudio da a conocer las creencias básicas que tienen las personas frente a la situación de emergencia sanitaria por el SARS-CoV-2. El objetivo general es comparar las respuestas sobre las creencias que las personas tienen sobre el yo, el mundo y los otros frente a dicha emergencia por el corona virus, en dos momentos diferentes de la misma, lo que permite contar con nuevo conocimiento sobre el comportamiento humano en situaciones de alto riesgo para su vida y su adaptación a las mismas. El estudio es comparativo, de diseño no experimental longitudinal, de enfoque cuantitativo; para obtener la información se aplicó en dos instantes diferentes la escala Impact on Beliefs Questionnaire de Corsini (2004) a 150 personas voluntarias, de manera individual y en línea. Se concluye que las personas en esta emergencia sanitaria han disminuido considerablemente en el segundo momento sus creencias positivas en relación a sí mismas, al mundo y hacia los otros, en comparación con las creencias manifestadas en el primer momento de la investigación; justificadas desde la desconfianza propia de contagio por el peligro de muerte que esta enfermedad implica, sin embargo, no se sienten desalentadas o desmoralizadas.
Palabras clave: Creencias básicas, El SARS-CoV-2, emergencia sanitaria, aislamiento.
Abstract: This study reveals the basic beliefs that people have in the face of the SARS-CoV-2 health emergency situation. The general objective is to compare the answers about the beliefs that people have about the self, the world and others in the face of said emergency due to the corona virus, at two different moments of the same, which allows to have new knowledge about behavior human in situations of high risk to his life and his adaptation to them. The study is comparative, with a longitudinal non-experimental design, with a quantitative approach; To obtain the information, the Impact on Beliefs Questionnaire by Corsini (2004) was applied in two different moments to 150 volunteers, individually and online. It is concluded that people in this health emergency have considerably decreased in the second moment their positive beliefs in relation to themselves, the world and towards others, compared to the beliefs expressed in the first moment of the investigation; Justified from their own distrust of contagion by the danger of death that this disease implies, however, they do not feel discouraged or demoralized.
Keywords: Basic beliefs, SARS-CoV-2, health emergency, isolation.
Recibido: 14 de diciembre de 2020 Aceptado: 3 de agosto de 2021
Online: 5 de agosto de 2021 Publicación: 1 de julio 2021
Publicado como artículo científico en la Revista de Investigación Enlace Universitario 20 (2), 36-54
I. INTRODUCCIÓN
Desde la Psicología, el comportamiento humano puede ser estudiado en diferentes ámbitos y situaciones, en este estudio se pretende hacerlo desde las creencias que mantienen las personas en situación de emergencia sanitaria por la presencia del COVID-19.
Existe un comportamiento común en los seres humanos que se da como resultado de las experiencias y vivencias propias que genera un mundo de creencias básicas sobre nosotros mismos, los otros y el mundo; con estas creencias las personas se relacionan diariamente con otras en su entorno; no obstante, estas creencias cambian de acuerdo a situaciones traumáticas que demuestran cuan vulnerables son los seres humanos (Arnoso et al., 2005).
La autora considera que frente a una emergencia sanitaria como la de este momento, declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como pandemia por Corona Virus (COVID-19) (OMS, 2020), así como frente a catástrofes, desastres o enfermedades incurables o difíciles de controlar, el ser humano tiene infinidad de pensamientos, creencias, interpretaciones e incluso emociones sobre la realidad y los va organizando de acuerdo al impacto que para cada uno representa, es decir, cómo asimila dicha realidad; esto a su vez, orienta la conducta, las reacciones y genera nuevas creencias, es decir, nuevos constructos interpretativos o esquemas cognitivos basados en estas nuevas realidades, lo que hace que exista una sinergia entre ellas.
Aaron Beck (1967) decía que “los individuos no responden automáticamente, sino que antes de emitir una respuesta emocional o conductual perciben, clasifican, interpretan, evalúan y asignan significado al estímulo en función de sus supuestos previos o esquemas cognitivos (también llamados creencias nucleares)” (citado en García, s/f, p. 1).
Las personas desarrollan esquemas conceptuales básicos que les permiten afrontar eficientemente la realidad. Janoff-Bulman (1992) propone que este conjunto de creencias esenciales supone representaciones cognitivas estables sobre el mundo, los demás y el sí mismo, permitiendo que cada persona se maneje con ciertas expectativas que dan la percepción de orden y control a la vida. Serían elaboraciones más complejas y mediadas culturalmente que tienen patrones establecidos por las experiencias cotidianas y de la herencia genética, de lo que es bueno y malo (citado en Rime et al., 2005, p. 2).
Dado su carácter de creencias ‘básicas’, se ha planteado que estarían asociadas a necesidades universales y, por lo tanto, serían adaptativas y asociadas al bienestar de las personas; así mismo, deberían ser compartidas en alguna medida por toda la humanidad. Estas creencias son implícitas, se basan en la experiencia emocional y se mantienen fuertemente a pesar de la adversidad y las evidencias en contra (Epstein, 1994; Janoff–Bulman, 1989, 1992, citado en Rime, 2005, p. 2).
Existen necesidades universales que tienen que ver con las creencias de los individuos, entre están las psicológicas que se asocian entre sí, por ejemplo, la necesidad de seguridad se coliga con la necesidad de pensar que se puede intervenir y tener el control sobre una situación, de la misma manera, la necesidad de significado se asocia con la necesidad del conocimiento estructurado del entorno, así se puede controlarlo y sentirse seguro; por otro lado, la necesidad relacional en cuanto a intimidad y apego, que ayuda a ver satisfechos los requerimientos de supervivencia física o de seguridad, sobre todo si constituyen figuras de apego (Rime et al., 2005).
Frente a circunstancias difíciles, estas necesidades psicológicas, se incrementan y a la vez cambian pues las creencias se modifican de acuerdo a los sucesos que se dan alrededor del sujeto, y aquella creencia personal de control y visión positiva, al verse vulnerada, despierta una o varias emociones que modifican las creencias básicas iniciales; es decir, aquello que se creía antes deja de ser verdad si las circunstancias actuales se modifican porque existe una realidad diferente.
Janoff-Bulman (1989) sostiene que existen creencias básicas que pueden ser modificadas por las circunstancias; en la situación de emergencia sanitaria por la que atraviesa actualmente el mundo entero por el covid-19, las datas señalan cada día el incremento de personas contagiadas y de personas que están muriendo; pero hay quienes creen ser inmunes e invulnerables, por ello tienden al desacato de leyes, normas y prohibiciones básicas y generales que procuran salvaguardar la salud de la mayoría.
El ser humano desde los primeros años de vida se integra a esquemas, creencias o conceptos que los conserva como verdaderos e incluso a veces permanecen estáticos frente a sucesos que puede discutir a futuro; empero hasta tanto, se mantiene, cree, confía y actúa en base a ellos (Latorre y Blanco, 2007; Martínez y Silva, 2010; Nespor, 1987; Pajares, 1992; Solar y Díaz, 2009, citado en Silva, Corona, Herrera, 2017).
Desde lo que Festinger León llamó disonancia cognitiva, el comportamiento humano tiende a apoyarse en la información que confirma sus creencias y le permite adaptarse a su necesidad, por ejemplo, algunas personas creen que quien se contagia lo hace por descuido, por tanto van a responder desde esta creencia que les resulta gratificante o al menos no lesiva; empero si llegan a enfermar, su disonancia cognitiva los lleva a buscar culpables, al actuar así, descartan la información anterior y se apoyan en otra creencia adoptando nuevos patrones que adquieren y que los irá reproduciendo en relación a sí mismos, a los otros y al mundo; la teoría de Festinger sostiene que dos razones pueden ser mutuamente consonantes o disonantes, al ser disonantes, el sujeto tiende a adoptar la que mejor se ajuste a su racionalización y le cause menos aversión (Beauvois y Joule 1981, citado en Ovejero, 1993).
Janoff-Bulman (1992) señala que existen tres componentes que caracterizan a las creencias básicas positivas con las que los sujetos parten y que se modifican de acuerdo a las experiencias en relación al mundo, al propio yo y a los otros (citado en Rime et al., 2005).
TABLA I. Componentes que caracterizan las creencias básicas positivas del mundo, del yo y los otros.
Componentes |
|||
Bueno (evaluativo) |
Con sentido (cognitivo) |
Eficaz (instrumental) |
|
Mundo |
El mundo es bueno; . El mundo es un lugar agradable . En el mundo hay más bien que mal; . El mundo es hermoso. |
El mundo tiene sentido; . La vida es digna de ser vivida; . El mundo es justo; . En la vida recoges lo que siembras. |
El mundo funciona como un reloj; . La evolución avanza hacia una meta; . La naturaleza es sabia. |
Mundo Social |
El hombre es bueno por naturaleza; . En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio; . La sociedad es buena. |
La vida social tiene un sentido; . Los demás se portan contigo como tú te portas con ellos; . La historia hace justicia |
La sociedad cumple bien su función; . La sociedad avanza, mejora; . La historia refleja el progreso de la humanidad. |
Yo |
Me considero una buena persona; . Estoy satisfecho de mí mismo. |
Mi vida está llena de sentido; . Soy una persona con principios; . Soy una persona afortunada. |
Confío en mi propia capacidad; Sé conseguir lo que me propongo. |
Fuente: Tomada de Rime et al. (2005)
Como se aprecia en la tabla 1, se describen estos tres componentes y lo que implica cada uno.
Corsini (2004) manifiesta que estos tres componentes varían, se transforman, se alteran cuando el sujeto vive hechos traumáticos donde experimenta vulnerabilidad. Los traumas, el dolor, el sufrimiento, alteran y rompen las creencias; sin embargo, estas creencias positivas básicas son las que le permiten mantener la confianza sobre todo en sí mismo; pueden conservarse o modificarse parcialmente de acuerdo a la motivación y autoconfianza en los tres componentes descritos en la figura 1 (citado en Rime et al., 2005).
Garmezy (1991) señala que no todas las personas cambian sus creencias, cada sujeto tiene su propia capacidad de resiliencia, término que no implica necesariamente invulnerabilidad, sino la habilidad de recuperarse de eventos negativos (citado en Becoña, 2006).
Es claro que no todos los seres humanos miran el mundo de la misma forma y, que no todos reaccionan igual frente a un acontecimiento traumático, donde inclusive se pone en riesgo la vida, es decir, el impacto de un suceso no necesariamente ha de durar y modificar las creencias de forma definitiva, habrá cambios sí, pero no en todas las creencias y no en todos los individuos.
Pérez Sales (2007) dice al respecto de las creencias: “en el ámbito de la salud; no todas las personas que experimentan hechos traumáticos presentarán diagnósticos de estrés post-traumático (TEPT)” (citado en Arnoso et al., 2011, p. 7). Ortega y Gasset (2001) sostiene que las creencias cobran vida desde que se las empieza a concebir como verdades para sí mismo y éstas a su vez, empiezan a condicionar el mundo de cada persona porque observa otras realidades y las asimila o rechaza; es decir, se queda con lo que concibe es lo mejor para sí mismo.
Los seres humanos tienen un pensamiento dual que les señala qué está bien o qué está mal. Piensa en imágenes y lo que observa cobra vida de acuerdo a sus propias creencias; pero también las emociones y sentimientos están condicionadas por estas creencias, esto implica que hay un patrón instaurado en cada pensamiento individual que los lleva a afirmar verdades personales.
No todos los seres humanos mantienen las creencias básicas de la misma manera; Janoff-Bulman (1992) manifiesta que éstas creencias acerca del mundo, del yo y de los otros frente a un trauma o hecho impactante, pueden llegar a deteriorar la relación social, la convivencia, la autoaceptación, generar desconfianza hacia los demás, y al contexto se lo mira como amenazador y destructivo, se altera el sentido de pertenencia; pero puede ser también que se resignifiquen los sucesos y la persona salga fortalecida (citado en Arnoso et al., 2011).
Las creencias que sostienen las personas, condicionan su conducta, al respecto Lazarus y Folkman (1984) señalan que:
La consideración de un evento de la vida cotidiana como “estresante” (emocionalmente perturbador) viene fundamentalmente determinada por la evaluación que el sujeto hace de tal situación y sus consecuencias, así como de sus propios recursos para afrontarla satisfactoriamente; evaluación que a su vez está mediatizada por sus esquemas cognitivos. De esta manera, las creencias en relación a sí mismo, los demás y/o el funcionamiento del mundo acaban condicionando la percepción de la realidad y la propia conducta, haciéndola más o menos adaptativa (citado en Ruiz y Fusté, 2015).
Rime et al (2005) señala que, así el niño cuando es amado y protegido, elabora una visión del yo y de los otros a partir de sus relaciones con ellos, así las creencias experienciales afirman su visión positiva del mundo, de los otros y del yo, de aquí nace la concepción asociada al sesgo del mundo justo y de verificación de las creencias y a la ilusión de control, con ello se asocia la ilusión de ser invulnerables, de esta forma, mantienen la creencia de que les pasará más cosas buenas que malas (citado en Páez et al., 2008).
En cuanto a la emergencia sanitaria por el covid-19 existen varias creencias que se expresan de diferente forma en la comunidad y que constituyen teorías de desinformación en relación al origen o al tratamiento del mismo, éstas se han difundido ampliamente por redes sociales causando confusión y generando varias reacciones comportamentales expresadas en las propias creencias tanto del manejo de las normas de seguridad, cuanto de las formas de curar, sin que hasta el presente se cuente con una medicina definitiva.
Markotter (2020) da a conocer que un estudio realizado en enero del 2020 señala que pese a que el 66% de la población de Wuhan contaminada y que estuvo en exposición en el mercado de mariscos donde se expendían pescados y carnes de animales muertos, no constituye prueba de que este sea el origen del virus que portó el paciente cero; de la misma manera, se señala que se especuló que el virus fue creado en el laboratorio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan, sin que hasta hoy se haya determinado como verídica tal teoría. Lo que sí se evidencia es la reacción de la población frente al contagio y los miles de personas que han fallecido y siguen falleciendo hasta el día de hoy.
Dada la situación de emergencia sanitaria los gobiernos a nivel mundial a través de los noticieros informan que solo el confinamiento y sobre todo el cumplimiento de las normas de bioseguridad pueden evitar el contagio; empero lo que es visible por toda la humanidad es el hecho de muerte, devastación, repercusión a todo nivel y que ya se lo está palpando, se refiere a los problemas económicos, políticos, sociales, de salud, emocionales, laborales, educativos, familiares, entre otros, independientemente de lo que se haga y se crea; es decir, que de acuerdo a las propias creencias y percepciones, serán las creencias frente a sí mismos, a los demás y a la sociedad.
Es menester recordar lo que es el coronavirus y porqué se ha convertido en una enfermedad que ha recluido a la humanidad entera a su más íntimo núcleo, su hogar.
El SARS-CoV-2 es un virus que tiene una alta capacidad de replicación y se caracteriza por atacar las células alveolares del pulmón y las personas que mueren lo hacen por falla pulmonar; se contagia al contacto físico entre personas, se absorbe del aire las gotículas respiratorias cuando una persona contagiada estornuda o toce incorrectamente de tal forma que se quedan en el aire, en el metal, en el plástico y por supuesto en las manos de las personas. Frente a esto la recomendación es mantener asepsia total, lavarse las manos frecuentemente, utilizar alcohol o gel desinfectante (OMS, 2020). A esto se agrega la orden de “quédate en casa”.
La OMS (2020) señala que la historia de la humanidad ha registrado un promedio de tres pandemias cada 100 años desde el siglo XVI. Según afirma la OMS, la más reciente ocurrió en el año 2009, producida por la influenza; pero esta es la primera vez que un coronavirus se ha propagado a la humanidad entera en el planeta. Señala, además, que para poder elevarlo al máximo nivel de alerta epidemiológica en el que actualmente se encuentra la infección del COVID-19 se consideró una escala de seis fases que miden el grado de amenaza de un brote para la salud pública y que cada etapa sugiere un cuidado especial (citado en Matute, 2020).
En el primer momento de la investigación, siendo el décimo noveno día de confinamiento, de acuerdo a la OMS (2020) el grado de amenaza está en la fase 2 que es la fase de propagación regional y multirregional (citado en El Heraldo, 2020). Ante tal situación los gobiernos a nivel mundial decretaron estados de excepción, de sitio, toques de queda, aislamiento obligatorio de las personas en sus casas para evitar la propagación del virus; si bien la población mundial ha acatado esto como la forma más segura para evitar la transmisión, los noticieros reportan que no pocos sujetos lo tomaron con la seriedad que amerita, inicialmente fue como un periodo de vacaciones en el que al menos en los primeros cinco días las personas aún visitaron parques, playas, montañas, por considerar que es tiempo de compartir con la familia, ya que por el trabajo no disponían de él. Las personas salen de sus casas para proveerse de alimentos medicina e insumos necesarios e impostergables para la subsistencia. En la población humana están aquellos sujetos que pese a tener conciencia del peligro, dada su situación económica, se han visto obligados a acudir a sus trabajos y empleos tanto para conservarlos cuanto para tener ingresos que los ayude a solventar sus necesidades, especialmente en aquellos donde el trabajo virtual como nueva modalidad laboral no es posible; qué decir de los trabajadores informales y vendedores ambulantes, cómo explicarse a sí mismos que deberán suspender sus ingresos y confinarse a este encierro, lo que los ha expuesto a alto riesgo de contagio, de hecho, esto incrementó el número de contagios, inclusive en sitios donde otro hora no los había, es por ello que se restringió la entrada y salida de personas en las diferentes provincias, y a menos que tengan un salvo conducto podían movilizarse.
Para el segundo momento, han pasado aproximadamente 8 meses desde que el gobierno ecuatoriano estableció el estado de excepción, mismo que fue levantado el 12 de septiembre del 2020 (El Comercio, 26 de agosto del 2020, p.1).
Ecuador, que supera los 100 000 casos de coronavirus, no declarará un nuevo estado de excepción por la pandemia una vez que este termine a mediados de septiembre del 2020, informó este miércoles 26 de agosto del 2020 la ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo. “Transcurrido este periodo de 30 días de renovación del estado de excepción (decretado el 14 de agosto) la Corte Constitucional no admitirá una nueva declaratoria” relacionada con la pandemia, (…). Eso implica que “las medidas excepcionales como el toque de queda o las restricciones al derecho de libre asociación van a terminar cuando termine este periodo de estado de excepción que será el 12 o 13 de septiembre”, agregó la ministra.
El levantamiento del estado de excepción dio como resultado la movilización libre de los ciudadanos por todo el país y fuera de él, con restricciones en actividades sociales masivas. En tales situaciones ya sea de aislamiento o no, las personas mantienen pensamientos y creencias que guían sus comportamientos frente al mundo y los otros.
La emergencia sanitaria, despertó el interés por conocer dentro del ámbito de la Psicología, cuáles son las creencias presentes en las personas frente a esta enfermedad. No se pudo alcanzar por obvias razones a aquellos sujetos que están infectados, ni a los que están en el cerco epidemiológico, pero se pudo alcanzar a quienes están en sus casas, es a ellos a quien se les realizó la encuesta en línea para saber cómo manifiestan sus creencias en relación con su propia situación, la de otros y la de la sociedad.
El objetivo general es comparar las respuestas sobre las creencias que las personas mantienen sobre el yo, el mundo y los otros frente a la situación de emergencia sanitaria por corona virus, en dos momentos diferentes, lo que permite contar con nuevo conocimiento sobre el comportamiento humano en situaciones de alto riesgo para su vida y su adaptación a las mismas.
II. MATERIALES Y MÉTODOS
Para el presente estudio se tomó como referencia la Escala de Impacto en Creencias Básicas (IBQ) de Corsini (2004), modificada por Darío Páez (2006), que consta de 12 ítems que facilitan el conocimiento de las creencias que poseen los sujetos; en este caso en particular se aplicó a personas en situación de aislamiento por el covid-19. Se evaluó las creencias positivas y la vulnerabilidad o disminución de las creencias negativas que se tiene en relación al yo digno y de respeto, a los otros, y al mundo benevolente, según lo afirmado por Janoff-Bulman (1992). En esta investigación no se ha inducido en los participantes el recuerdo de un hecho anterior como una catástrofe, desastre o enfermedad incurable o difícil de controlar, sino que se ha pedido respondan con su opinión basada en sus propias creencias sobre esta situación de emergencia sanitaria frente al covid-19 en el actual momento.
De acuerdo con el IBQ de Corsini, las alternativas de respuesta varían entre 1 (totalmente falso) a 7 (totalmente verdadero). Dada la situación, se procedió a aplicar esta encuesta de forma virtual e individual. Se aclara que la estimación de vulnerabilidad o disminución de creencias positivas e invulnerabilidad o aumento de creencias positivas se la hizo mediante análisis de cada una de las tres dimensiones en la situación actual, por estar aún emergencia sanitaria, a diferencia del análisis de refuerzo o debilitamiento de las creencias en una situación post traumática.
Previo a la aplicación de la escala, se hizo conocer en el cuestionario, que las respuestas estarán dadas de acuerdo con la situación de emergencia sanitaria actual por la que atraviesa el mundo entero y se antepuso a las preguntas la frase “la situación actual”, para mantenerla conectada a cada pregunta y a cada alternativa, sin alterar la esencia del cuestionario original.
Cabe resaltar que el consentimiento informado es la aceptación de la persona cuando decide llenar el cuestionario de acuerdo a sus propias creencias.
Dado que la investigación se dio en dos momentos diferentes de la emergencia sanitaria, se contactó a las mismas personas para que respondan el cuestionario quienes manifestaron no haberse enfermado, pero si haber tenido parientes o conocidos que se contagiaron e incluso fallecieron, las respuestas dadas permitieron comparar si sus creencias se mantenían como en el primer momento o si éstas cambiaron en el tiempo. El primer momento fue a los diecinueve días del aislamiento social, y el segundo momento se dio a los 8 meses, una vez que el gobierno levantara el estado de excepción, señalando que la movilización no tiene restricciones.
El estudio es comparativo, de diseño no experimental longitudinal, de enfoque cuantitativo; se solicitó mediante encuesta en línea la participación a 200 personas de manera aleatoria, de las cuales respondieron 150, 40 hombres y 110 mujeres, de edades comprendidas entre los 32 a 60 años, que participaron de forma voluntaria e individual, la población se compone de amas de casa y profesionales de varias áreas, quienes respondieron el cuestionario en dos momentos diferentes de la emergencia sanitaria por covid-19.
III. RESULTADOS
Los resultados se presentan agrupados de acuerdo a las creencias en relación al yo, al mundo y a los otros, mas no al orden de pregunta.
*Creencias de invulnerabilidad o creencias positivas y creencias de vulnerabilidad o creencias negativas en relación a sí mismo, o al yo digno y de respeto.
Gráfico 1. La situación actual redujo la confianza que tenía en mí misma/o
En el gráfico 1 se observa que, en el primer momento de la investigación, más de la mitad de los encuestados afirmó que era totalmente falso el que la situación actual de pandemia haya reducido la confianza en sí mismo; sin embargo, en el segundo momento, se reduce a menos de la mitad, esto indica que existe un cambió de creencia y que la confianza en sí mismo ha disminuido.
Gráfico 2. La Situación Actual me Hace Sentir muy Capaz
En el gráfico 2, en el primer momento de la investigación, algo menos de la mitad afirmó que era totalmente verdadero el que la situación actual los hacía sentirse muy capaces; sin embargo, en el segundo momento, apenas un pequeño porcentaje sostiene tal afirmación, esto indica que hubo una disminución en la creencia de sentirse muy capaces. En la opción bastante verdadero, se observa un ligero incremento en esta creencia, empero no se observan cambios sustanciales en las opciones de falsos; por lo tanto, se puede inferir que a la población encuestada la situación actual no la hace sentirse muy capaz.
Gráfico 3. Con la Situación Actual me Siento muy Distante de la Gente, Como Abandonado a Mí Misma/o
En el gráfico 3 se observa que, en el primer momento, un poco menos de la mitad de los sujetos encuestados manifestaron como totalmente falso el sentirse distantes de la gente, abandonados a sí mismos; sin embargo, en el segundo momento, este porcentaje se reduce al cambiar su respuesta, e inclusive se incrementa la opción de totalmente verdadero, lo que indica que la creencia de abandono a sí mismo y distante de los demás, disminuyó considerablemente.
Gráfico 4. Con la Situación Actual me Siento Capaz de Hablar y Compartir más con la Gente que me Rodea
En el gráfico 4 se observa que, en el primer momento de la investigación, un poco menos de la mitad de la población encuestada sostenía que era totalmente verdadero el que con la situación actual se sentían capaces de hablar y compartir con otros, en el segundo momento se reduce tal creencia; sin embargo, las otras opciones de verdaderos han incrementado en el segundo momento, lo que indica que se mantiene en positiva la creencia de sentirse capaces de compartir y hablar con los otros.
Gráfico 5. Con la Situación Actual me Siento Descorazonado/a, Desmoralizado/a
En el gráfico 5 se observa que un poco menos de la mitad de las personas encuestadas en el primer momento manifestó que era totalmente falso el sentirse descorazonado y desmoralizado, en el segundo momento, no existen diferencias significativas, y aunque la opción de bastante falso ha disminuido. las opciones de verdaderos no demuestran cambios interesantes, esto sugiere que la mayoría de la población con la situación actual no se siente deprimida o desmoralizada. (El autor del instrumento emplea la palabra descorazonada).
Gráfico 6. Con la Situación Actual me Siento Motivado/a y Lleno/a de Energía
En el gráfico 6 se observa que, en el primer momento las respuestas de los falsos eran más altas en relación a las verdaderas; empero, en el segundo momento, incrementan las aseveraciones positivas, mientras que en las negativas no existen cambios considerables; esto sugiere que, sin ser la mayoría, es verdadero que con la situación actual las personas se sienten motivadas y llenas de energía. No obstante, las respuestas de duda, se mantienen sin inclinarse de manera significativa a una de las dos creencias positivas y negativas.
*Creencias de invulnerabilidad o creencias positivas y creencias de vulnerabilidad o creencias negativas en relación a los otros.
Gráfico 7. La Situación Actual me Hace Perder la Confianza en los Otros, en La Gente
En el gráfico 7 se observa que, en los dos momentos de la investigación tanto para las opciones de los verdaderos, como de los falsos, no presentan variación considerable, sin embargo, las creencias positivas señalan mayormente la pérdida de confianza en los otros.
Gráfico 8. La Situación Actual me Hace Ver a Las Personas de Forma Más Positiva
En el gráfico 8 se observa que en los dos momentos de la investigación no hay variación considerable; no obstante, las respuestas hacia las creencias positivas prevalecen, es decir, existe una visión positiva hacia los otros; empero, el mayor porcentaje de encuestados se mantiene en duda.
*Creencias de invulnerabilidad o creencias positivas y creencias de vulnerabilidad o creencias negativas en relación al mundo benevolente.
Gráfico 9. La Situación Actual me Hace Perder la Confianza en la Vida
En el gráfico 9 se observa que, en el primer momento, cerca de la mitad de los encuestados sostenía que era totalmente falso haber perdido la confianza en la vida, en el segundo momento disminuye tal respuesta; pese a no ser tan elevado el porcentaje y de no llegar ni a la mitad, la creencia de confianza en la vida aún se mantiene.
Gráfico 10. La Situación Actual Hace que Vea al Mundo de Forma Más Optimista
En el gráfico 10 se observa que en los dos momentos de la investigación no hay variación considerable; no obstante, las respuestas
hacia las creencias positivas prevalecen, es decir, existe una visión optimista en relación al mundo.
Gráfico 11. La Situación Actual Hace que La Vida no Tenga Más Sentido Para Mí
En el gráfico 11 se observa que en el primer momento más de la mitad de los encuestados sostenía como totalmente falso la creencia de que la vida no tiene más sentido, en el segundo momento se reduce esta afirmación; empero, se mantienen las creencias positivas, y, en las otras opciones no hay cambios considerables, esto indica, que para la mayoría de las personas encuestadas, la vida aún tiene sentido.
Gráfico 12. La Situación Actual me Hace Ver Más Claro el Sentido de Mi Vida
En el gráfico 12 se observa que la aseveración de totalmente verdadero a la visión clara del sentido de la vida se mantiene en el mismo nivel en los dos momentos, esto indica que las personas encuestadas, están motivadas a la vida pese a la situación actual.
ANÁLISIS
Al no contar con otras investigaciones que hayan indagado en las personas sobre su visión acerca del yo digno y de respeto, visión del mundo social benevolente y visión de los otros en el estado de emergencia sanitaria, y en dos momentos diferentes de la misma, el análisis de los resultados se hace desde la comparación porcentual obtenida a los 19 días y a los 8 meses de la emergencia sanitaria respectivamente, que señalan las diferencias en sus respuestas.
En relación con las creencias de invulnerabilidad o creencias positivas y creencias de vulnerabilidad o creencias negativas en relación a sí mismo, o al yo digno y de respeto, los dos momentos de la encuesta señalan diferencias; así, mientras en la primera encuesta las personas respondieron que confiaban en sí mismas, que se sentían muy capaces y sin la sensación de abandono o de distanciamiento de las otras personas, en la segunda encuesta se observa una disminución considerable en estas creencias, esto indica que al paso del tiempo las personas empezaron a experimentar la sensación de abandono por el mismo distanciamiento que impide tener contacto físico o afectivo fuera de su entorno familiar; empero no se sienten deprimidas o desmoralizadas.
Con respecto a las creencias de invulnerabilidad o creencias positivas y creencias de vulnerabilidad o creencias negativas en relación a los otros, en los dos momentos los resultados se mantienen muy parecidos, hay pérdida de confianza en los otros y dudas en relación a ver a las personas de forma positiva.
En cuanto a las creencias de invulnerabilidad o creencias positivas y creencias de vulnerabilidad o creencias negativas en relación al mundo benevolente, las personas encuestadas, pese a lo difícil de la situación por esta enfermedad, en los dos momentos manifiestan tener confianza en la vida, ven de manera optimista al mundo y para ellos la vida aún tiene sentido.
IV. CONCLUSIONES
Desde la Psicología y el análisis comportamental, se concluye que la situación actual de emergencia sanitaria por covid-19, ha traído sin duda grandes modificaciones en las creencias de las personas encuestadas, no se vislumbra un grado considerable de confianza; las creencias negativas dado el peligro inminente de contagio, mantienen activa la preocupación sobre la situación y al estar disminuyendo las creencias positivas se empieza a deteriorar la relación social, la convivencia, la autoaceptación e incrementan la desconfianza hacia los otros y hacia sí mismos; dado lo peligroso de la enfermedad por Corona Virus, las personas se sienten amenazadas y su equilibrio emocional y sentido de pertenencia social se alteran; no obstante, los resultados señalan que las personas encuestadas mantienen la confianza y ven con sentido la vida pese a la gravedad de la emergencia sanitaria por covid-19; es decir, se mantienen las creencias de que el mundo es benevolente.
Las personas participantes, actúan en función de sus creencias y se adaptan a aquellas que mejor las representa, es decir, que se apoyan en la información que confirma sus creencias y les permite adaptarse a su necesidad en la sociedad y frente a situaciones diversas, esto se evidencia en los cambios de las respuestas en los dos momentos de la encuesta.
Por algún tiempo más habrá que mantener el distanciamiento social, empero, se deberá replantear nuevas formas de convivencia pues el ser humano es social por excelencia y paradójicamente, los resultados muestran que aunque las personas encuestadas desconfíen de los otros, o a fuerza de la situación dejen de creer en sí mismas, aún confían en la vida, esta confianza genera la capacidad de afrontar cualquier desgracia por la esperanza de volver a socializar y sentirse parte del mundo benevolente y en libertad.
No todos los participantes de la investigación controlan de la misma manera sus creencias básicas acerca del mundo, del yo y de los otros frente a esta emergencia sanitaria, posiblemente para unos sea una debilidad y los derrote, y para otros una oportunidad de la que salgan fortalecidos, sus creencias cambian en función del tiempo, de la gravedad y de su propia situación.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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